Ha llegado Papá Noel, y bajo el brazo me ha traído este libro, lo especial es que ha venido en casa de una compañera de trabajo, Covadonga a la que he contado que dedico algunos ratos a la lectura y otros más a ir haciendo este pequeño blog.
Llevo viendo el libro, en los estantes, viendo como las ediciones van aumentando, lo había ojeado y a pesar de que en la contraportada no quieren desvelar el contenido del mismo, la cubierta hace presagiar el contenido… es un libro que se lee rápido, de lectura sencilla, más bien un cuento por los sucesos inverosímiles en una Alemania Nazi y con un final inesperado; al menos para mí.
Un sencillo cuento que te deja un sabor agridulce y te lleva a pensar que cuando las cosas le suceden a uno, es como si el mundo se acabase y mientras le está sucediendo a los demás…pues la vida es así, debe seguir…incluso en ocasiones pensamos.. seguro que ellos se lo han buscado.
No sé si será la traducción, pero en ocasiones me dio la impresión de que estaba mal narrado, en un mismo párrafo en primera persona, luego en tercera…en ocasiones tuve que releerlos porque no sabía quien me estaba contando la historia.
El libro cuenta la historia de un niño alemán de 9 años que vive en Berlín y que tiene que seguir a su padre al campo por motivos de trabajo, como el mundo de Bruno , así se llama el niño, va cambiando, te va describiendo los acontecimientos diarios bajo el prisma de un niño de 9 años; de entonces, porque los de ahora saben mil veces más; como acaba haciéndose amigo de otro niño judío del campo de Auschwitz y después el desenlace…pero merece la pena leerlo.
No sé si el éxito del libro radica en la forma “infantil” de tocar el tema del holocausto judío, unas pinceladas de lo que ocurrió, pero sin necesidad de removernos las conciencias. Quizás si hubiera desgranado las experiencias reales en un campo de concentración ( por ejemplo “Si esto es un hombre” de Primo Leví ) el éxito hubiera sido menor…nuestra sociedad necesita acercarse a la realidad, pero que se la dulcifiquen, con un poco de anestesia.
Soy de la opinión que el genocidio en la Alemania Nazi, lo sabían todos los europeos, sin duda los alemanes fueron quienes lo idearon y lo ejecutaron, pero el resto de naciones no hizo nada por evitarlo, es más fueron enviando a los judíos, gitanos, republicanos, maleantes…a todos aquellos que les molestaban los fueron enviando hacía Alemania, convencidos de que se quitaban “definitivamente” un problema de encima. Al terminar la guerra se cargaron las tintas sobre los ejecutores, pero no sobre los facilitadotes, que bien se encargaron de maquillar la historia… si es que cada vez que oigo hablar de la “resistencia” francesa…pero eso será otra entrada…
Llevo viendo el libro, en los estantes, viendo como las ediciones van aumentando, lo había ojeado y a pesar de que en la contraportada no quieren desvelar el contenido del mismo, la cubierta hace presagiar el contenido… es un libro que se lee rápido, de lectura sencilla, más bien un cuento por los sucesos inverosímiles en una Alemania Nazi y con un final inesperado; al menos para mí.
Un sencillo cuento que te deja un sabor agridulce y te lleva a pensar que cuando las cosas le suceden a uno, es como si el mundo se acabase y mientras le está sucediendo a los demás…pues la vida es así, debe seguir…incluso en ocasiones pensamos.. seguro que ellos se lo han buscado.
No sé si será la traducción, pero en ocasiones me dio la impresión de que estaba mal narrado, en un mismo párrafo en primera persona, luego en tercera…en ocasiones tuve que releerlos porque no sabía quien me estaba contando la historia.
El libro cuenta la historia de un niño alemán de 9 años que vive en Berlín y que tiene que seguir a su padre al campo por motivos de trabajo, como el mundo de Bruno , así se llama el niño, va cambiando, te va describiendo los acontecimientos diarios bajo el prisma de un niño de 9 años; de entonces, porque los de ahora saben mil veces más; como acaba haciéndose amigo de otro niño judío del campo de Auschwitz y después el desenlace…pero merece la pena leerlo.
No sé si el éxito del libro radica en la forma “infantil” de tocar el tema del holocausto judío, unas pinceladas de lo que ocurrió, pero sin necesidad de removernos las conciencias. Quizás si hubiera desgranado las experiencias reales en un campo de concentración ( por ejemplo “Si esto es un hombre” de Primo Leví ) el éxito hubiera sido menor…nuestra sociedad necesita acercarse a la realidad, pero que se la dulcifiquen, con un poco de anestesia.
Soy de la opinión que el genocidio en la Alemania Nazi, lo sabían todos los europeos, sin duda los alemanes fueron quienes lo idearon y lo ejecutaron, pero el resto de naciones no hizo nada por evitarlo, es más fueron enviando a los judíos, gitanos, republicanos, maleantes…a todos aquellos que les molestaban los fueron enviando hacía Alemania, convencidos de que se quitaban “definitivamente” un problema de encima. Al terminar la guerra se cargaron las tintas sobre los ejecutores, pero no sobre los facilitadotes, que bien se encargaron de maquillar la historia… si es que cada vez que oigo hablar de la “resistencia” francesa…pero eso será otra entrada…
1 comentario:
Me gustó mucho este libro pero, claro, la temática es que me gusta. No recuerdo haber notado lo que dices de los cambios de persona en la narración, tendría que volver a leerlo ...
Del estilo de este libro es la trilogía de Morris Gleitzman: "Una vez", "Entonces", y "Ahora". Por si quieres echarle un vistazo; a mí me gustó.
Saludos!
Publicar un comentario