El último libro de Jesús Hernández. He de reconocer que me ha enganchado su estilo ameno para contar la historia, y visito con frecuencia su blog, para saber que otros libros recomienda. Porque además de “hablar de sus libros” siempre nos hace acertadas recomendaciones.
En esta ocasión va desgranando hechos históricos que durante años, incluso decenios, han permanecidos ocultos por el interés de las potencias vencedoras. Aunque algunas de las historias simplemente han sido olvidadas y Juan Hernández se encarga de recuperarlas.
Tenemos historias curiosas el origen de Louis de Wohl ( “La luz apacible”), la fuga de unos italianos por África, la mala suerte del destructor Willie Dee, a historias trágicas donde las bajas de los aliados fueron causadas de alguna u otra manera por la incompetencia de los aliados.
Dedica un capítulo a tratar la postura de la Iglesia, concretamente la del Papa Pío XII ante el régimen nazi. De toda la información que aporta Jesús, no se puede inferir que la Iglesia apoyase a los nazis. De un lado tenemos los testimonios de ayuda a los perseguidos y por el otro la ausencia de una condena abierta a los desmanes de los nazis. Entiendo que sus motivos tendría. La balanza se inclina y mucho hacia el lado de los testimonios. Me ha gustado la forma de tratar el tema, dejando constancia de los hechos y de los silencios, pero sin entrar en un ataque a la Iglesia.
Un libro dedicado a la ocultación por parte de los aliados de información y concretamente de aquella que podría hacer daño a su imagen; que la Iglesia mantenga también documentos secretos no debe hacernos rasgar las vestiduras. Podría pedírseles más transparencia, que permitiese leer y publicar cualquier documento de su Archivo... pero quizás es que no puedan o no deba hacerlo, porque afectaría a otros estados... un “secreto” de confesión. No lo sé... Si aceptamos que EEUU, U.K., Francia, incluso nosotros tengamos documentos secretos, porqué no ha de tenerlos el Vaticano?
Aunque en ocasiones y a la vista de los hechos que desvela Jesús, la coletilla del interés nacional como justificación a la clasificación de los documentos como secretos, no deja de ser una excusa para ocultar negligencias y errores humanos, y preservar la buena imagen de los dirigentes... algo que ocurrió durante la SGM y sigue ocurriendo.
Lo bueno que tiene la existencia de documentos clasificados es que conforme vayan siendo desvelados, Jesús Hernández, podrá ir actualizando este libro y puntualizando algún capítulo.
Tenemos historias curiosas el origen de Louis de Wohl ( “La luz apacible”), la fuga de unos italianos por África, la mala suerte del destructor Willie Dee, a historias trágicas donde las bajas de los aliados fueron causadas de alguna u otra manera por la incompetencia de los aliados.
Dedica un capítulo a tratar la postura de la Iglesia, concretamente la del Papa Pío XII ante el régimen nazi. De toda la información que aporta Jesús, no se puede inferir que la Iglesia apoyase a los nazis. De un lado tenemos los testimonios de ayuda a los perseguidos y por el otro la ausencia de una condena abierta a los desmanes de los nazis. Entiendo que sus motivos tendría. La balanza se inclina y mucho hacia el lado de los testimonios. Me ha gustado la forma de tratar el tema, dejando constancia de los hechos y de los silencios, pero sin entrar en un ataque a la Iglesia.
Un libro dedicado a la ocultación por parte de los aliados de información y concretamente de aquella que podría hacer daño a su imagen; que la Iglesia mantenga también documentos secretos no debe hacernos rasgar las vestiduras. Podría pedírseles más transparencia, que permitiese leer y publicar cualquier documento de su Archivo... pero quizás es que no puedan o no deba hacerlo, porque afectaría a otros estados... un “secreto” de confesión. No lo sé... Si aceptamos que EEUU, U.K., Francia, incluso nosotros tengamos documentos secretos, porqué no ha de tenerlos el Vaticano?
Aunque en ocasiones y a la vista de los hechos que desvela Jesús, la coletilla del interés nacional como justificación a la clasificación de los documentos como secretos, no deja de ser una excusa para ocultar negligencias y errores humanos, y preservar la buena imagen de los dirigentes... algo que ocurrió durante la SGM y sigue ocurriendo.
Lo bueno que tiene la existencia de documentos clasificados es que conforme vayan siendo desvelados, Jesús Hernández, podrá ir actualizando este libro y puntualizando algún capítulo.
Para terminar y estando ya en Navidad, una recomendación: si queréis acertar regalando un buen libro, cualquiera de los libros de Jesús Hernández puede convertirse en un buen regalo...
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