lunes, 14 de febrero de 2011

Juan Sebastián Elcano. La mayor travesía de la historia de José Luis Olaizola.


Llevaba tiempo detrás del libro de OlaizolaFrancisco Pizarro. Crónica de una locura” al final lo encontré en internet y aproveché para pedir este de Juan Sebastián Elcano.

Ya había leído algún libro de Olaizola, historia novelada y me gustó su forma de acercarse al hecho histórico, buscando un personaje secundario en la trama, que nos va contando su “versión” de los hechos. En este caso el que nos narra la historia es Mateo Zubileta un joven marinero que acabará entrando al servicio de Elcano, en la circunnavegación de la Tierra.

Enfoca el libro como un memorándum que escribe Zubileta en Valladolid, que pueda ser defensa a J.S. Elcano en demostrar que nada tuvo que ver con la muerte de Magallanes, Mateo va narrando las peripecias de un viaje, primero buscando el estrecho de Magallanes, la revuelta en el puerto de San Julián, la búsqueda de las Molucas , la isla de los Ladrones, el paso por Borneo , Cebú y la larga travesía por el Océano Indico hasta el Cabo de Buena Esperanza …el ascenso por el Atlántico , hasta Cabo Verde, para tres años después llegar a Sanlúcar de Barrameda. Dieciocho personas llegaron de vuelta a España, cargados con especias.

Al inicio del texto existe una afirmación de un fraile: “que los vascos siempre han mirado más a acometer hazañas por el mar, o con las armas, que luego a contarlas, y que así se conoce tan mal su historia”. Y es que la historia de España se construye en las hazañas de vascos, más que le pese a algunos…Elcano, Urdaneta, Juan de Garay, Blas de Lezo, Lope de Aguirre, San Ignacio de Loyola, Francisco de Vitoria, Churruca y podría seguir enumerando.

Ya de niño leí sobre Juan Sebastián Elcano, concretamente: ”Magallanes-Elcano o la primera vuelta al mundo” de Amando Melón y Ruiz de Gordejuela y al igual que en este libro, se hace referencia a un hecho que siempre despertó mi imaginación… Al perderse la nave “San Antonio” en los ramales del estrecho de Magallanes, [ en realidad se volvió a España ] el Capitán General de la flota fue dejando un mensaje en cada bifurcación , con indicaciones de que dirección iba tomando. Siempre he pensado que esas “indicaciones” seguirían allí esperando a que alguien las encuentre.

Olaizola nos narra un hecho histórico de manera amena, sin desviarse de la verdad, salvo en lo referente a Zubileta, sus amoríos… aunque en realidad hubo un grumete embarcado de nombre Juan de Zubileta, que llego con Elcano a puerto.

El libro me ha entretenido, una manera cómoda de acercarse a la historia de España, fácil de leer, lleno de vocabulario y fiel a la realidad... un libro para iniciarse en la historia.

Ahora a seguir con “Africanus, el hijo del cónsul”. Por cierto, demasiado verde en esta entrada.